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La adolescencia es la edad en la que el ser humano es más propenso a sufrir estrés.

El estrés es una reacción fisiológica del organismo como respuesta ante una situación que sentimos que nos desborda,  resultándonos muy difícil abordarla. En un principio está reacción es útil para enfrentarnos a la situación y superarla.  El problema aparece cuando la reacción fisiológica se alarga en el tiempo ya que produce daños tanto físicos como psicológicos.

Los adolescentes no disponen de estrategias suficientes para abordar determinadas situaciones

Los adolescentes se ven con frecuencia inmersos en situaciones que les generan estrés, ya que es en esta etapa donde empiezan a vivir situaciones de mayor exigencia y se encuentran conque aún no tienen los recursos necesarios para enfrentarse a ellas.

La confluencia de diversos factores provoca una reacción de estrés en el adolescente.

Los propios  cambios hormonales  que conllevan cambios físicos constituyen ya en sí mismos una fuente de estrés. Esto unido al aumento de exigencias por parte del entorno hace al adolescente más vulnerable a sufrir estrés.

Detectar las exigencias a las que se ven sometidos ayuda a comprender su malestar y poder tomar medidas paliativas

Las exigencias más frecuentes a las que puede estar sometido un adolescente son:

Las altas expectativas que muchos padres tienen hacia ellos, la exigencia escolar que va aumentando cada curso haciéndose más notable durante el bachiller y la selectividad,  la exigencia que ellos mismos pueden tener ante sus estudios, la presión que ejerce su grupo de iguales (ante los que no quieren sentirse diferentes para evitar el rechazo), la falta de tiempo libre, el exceso de actividades a las que se ven sometidos, problemas en la familia como dificultades económicas,  separaciones o fuertes discusiones entre los progenitores, los cambios de vivienda, colegio y/o de ciudad, la baja autoestima, el fracaso en los estudios, el rechazo o acoso en el colegio, el inicio y mantenimiento de hábitos de consumo de alcohol y marihuana.

 Muchos adolescentes no son conscientes del estrés que padecen

Los adolescentes pueden no ser conscientes del estrés que están sufriendo, por eso a veces cuando les vemos tristes o enfadados y les preguntamos que les pasa nos contestan «no sé» o » nada, no me pasa nada», mostrándose cerrados a hablar en la mayoría de los casos. Sin embargo están muy necesitados de atención.

Los adultos, sobre todo los padres y educadores tenemos que estar atentos a los síntomas reveladores de estrés.

Algunos de las síntomas que podemos observar y que delatan estrés son:

Irritabilidad, conductas agresivas, suspicacia, apatía

Dolores de estómago, de cabeza, reiteradas infecciones.

Alteraciones en hábitos de alimentación, como el aumento o disminución del apetito, o la tendencia a comer dulces e hidratos en exceso o cosas raras entre comidas.

Ansiedad. Crisis de pánico.

Alteraciones del sueño, pesadillas, insomnio, hipersomnia.

Cansancio crónico, quejas somáticas, caída excesiva del pelo.

Aprensión o hipocondría.

Tomar medidas de ayuda y apoyo

Si el estrés perdura, existe fuerte riesgo de padecer depresiones o estados severos de ansiedad. El primer paso es ayudar al adolescente a tomar consciencia de su estado e identificar con él el origen y las causas de su estrés, enseñándole estrategias de enfrentamiento. Si vemos que el problema se prolonga, el siguiente paso es buscar ayuda profesional.

Nota: Los artículos se publicarán con una frecuencia semanal.
Concha Caballero.

Como saber si nuestros adolescentes sufren estrés.
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